Soy Asturiana de nacimiento, y a lo largo de mi vida he vivido en ciudades como Oviedo, Milán (Italia), Sevilla, Madrid y Gold Coast (Australia) y Sao Paulo (Brasil). He aceptado el cambio como una de las constantes más enriquecedoras de mi vida y he entendido que las migraciones, ya sean dentro o fuera de tu país, conllevan una impacto psicológico y un proceso de adaptación inevitables.

Como consecuencia de mis constantes cambios de residencia, por mi interés por todo lo relativo a la multiculturalidad, y por trabajar con personas expatriadas con frecuencia, soy muy consciente de que, además de lo enriquecedor que es viajar y comenzar desde 0, también existe una realidad compleja detrás de la que quizá nadie nos habla tanto: dificultades para hacer amigos, barrera idiomática, problemas laborales, relaciones a distancia, choques culturales, añoranza de la familia, sentimiento de desarraigo, incertidumbre en relación al futuro y dónde asentarnos, duelo de expectativas entre lo que pensábamos que sería y lo que es… Factores que sin duda están directamente relacionados en cómo nos sentimos, pensamos y actuamos. Esto me permite empatizar y establecer sólidos vínculos con mis pacientes y acompañarles exactamente desde su momento vital actual.

A lo largo de mi vida, he podido constatar la dificultad de poder acceder a servicios de cuidado de la salud mental de calidad por diferentes motivos: económicos, falta de tiempo, continuos cambios de residencia que imposibilitaban continuar un proceso de psicoterapia en el tiempo, dificultad para encontrar profesionales acorde a mis necesidades…