¡Por fin ha llegado el día que tanto estábamos esperando! Mañana, finalmente, tras más de 40 días encerrados en casa, los más peques van a poder disfrutar de un más que merecido paseo.
Lo han estado pidiendo, han sido pacientes y han sabido esperar, les hemos explicados el por qué hasta ahora debían permanecer en casa y han obedecido como unos campeones. Por eso, lo que muchos no nos esperábamos, es que después de toooodo este esfuerzo que han hecho para que este día por fin llegasen, muchos de ellos nos digan: “Papis…ya no quiero salir”
Por desgracia, son muchos los niños y niñas (y también los que ya no lo somos, pero a eso le dedicaremos un tema aparte) los que ahora tienen miedo de salir a la callle.
Y tiene sentido, ¿no? No nos hemos esforzado durante más de un mes en explicarles lo importante que es que permanezcamos en casa y puedan controlar su deseo de salir a correr, estar con sus amiguitos o ir de visita a ver a sus abuelos, para que ahora se les vaya a olvidar de la noche a la mañana. Si no, ¿qué sentido habría tenido todo, verdad?
Los niños aprenden por imitación. Y comprenden. Son seres racionales. Muchos de ellos tienen miedo a salir porque ven que en su casa, sus padres también tiene miedo de salir. Muchos y muchas así lo viven, ahora ven en su hogar un lugar seguro y confortable, y donde antes contaban los días para salir con una sonrisa en la cara, ahora los cuentan con un ceño de preocupación. Es normal. No pasa nada, somos humanos. Pero en estos casos, debemos hacer un esfuerzo “ejemplar” para que los peques puedan imitarnos.
Cómo sabemos que decirlo siempre es más fácil que hacerlo, os dejo algunas pautas que os pueden servir:
–Explícale a tu hijx, que si habéis estado todo este tiempo en casa es para que cuando pudierais volver a salir lo hicieráis de forma más segura
-Predica con el ejemplo: si tu hijx ve que tú no sales bajo ninguna circuntanscia, no querrá que le uses como conejillo de indias. Sal tu primero. Aunque sea a bajar la basura. Avísale antes para que lo sepa y cuéntale a la vuelta lo “maravilloso” que ha sido.
-Explícale bien las medidas de seguridad y protección que tiene que utilizar y las cosas que puede y no puede hacer.
-Antes de salir, explícale a dónde iréis, o pregúntale a dónde le gustaría ir y cuánto tiempo durará el paseo. Poder controlar estas variables le ayudará a poder relajarse.
-También podéis dedicar la tarde de hoy a recordar y/o dibujar las cosas que a ellos más les gusta de estar fuera: sentir el calor del sol, tocar el césped, ver a otros niños por la calle, etc.
-Dale tiempo. Se paciente y cariñoso. Recuerda que no han escogido tener miedo, y necesitan tu comprensión. Anímale, pero no le fuerces. Razona con ellos y ayúdales a mantener la calma. Ve poco a poco y aumenta la duración de los paseos de acuerdo a sus necesidades.
-A la vuelta, recuerda seguir los protocolos de desinfección, y aprovecha para hablar sobre la experiencia: qué es lo que más os ha gustado, que habéis sentido, etc. Anímale a llamar a otros amigos/abuelos/familiares y a compartir esta experiencia. Cuánto más refuerzo positivo reciba, ¡más ganas tendrá de repetirlo!
¿Os habíais planteado que esto podría ocurrir? ¿Cómo habéis gestionado y vais a gestionar esta situación?
¡Os leo en comentarios!
Marta
¡No te olvides de seguirnos en nuestro instagram @catarsis.psicologia!
Hoy se podría preparar el paseo d mañana, adaptando las mascarillas a la talla infantil. ( Unas puntadas o una grapadora menguando en cada lateral puede servir). Así nuestros hijos seguíran sintiéndose protegidos.
Me parece una gran iniciativa, te compartimos! Gracias por tu aportación 😄
Gracias a vosotros, un abrazo!! 😄😄😄